La mortalidad por cáncer de próstata en Chile alcanzó 2.703 defunciones en 2022, con una tasa estandarizada de 23,5 por 100.000 hombres, superior al promedio mundial. Estos datos subrayan la necesidad de fortalecer las estrategias de tamizaje y garantizar que los servicios de urología y oncología estén disponibles en todas las regiones, reduciendo las brechas territoriales y socioeconómicas.

Además del PSA, el tacto rectal sigue siendo una herramienta complementaria en la evaluación, permitiendo al profesional detectar anomalías palpables. Una vez identificado un riesgo elevado, la confirmación mediante biopsia guiada por resonancia multiparamétrica es esencial para planificar un tratamiento acorde al grado y extensión de la enfermedad.

La prevención primaria también desempeña un papel clave: mantener un peso saludable, realizar actividad física regular y adoptar una alimentación rica en frutas, verduras y baja en grasas saturadas contribuye a reducir el riesgo de desarrollo y progresión del cáncer de próstata4. Por otra parte, promover una cultura de autocuidado y consulta temprana ante síntomas urinarios o de otro tipo ayuda a disminuir las demoras diagnósticas.